Es el enfoque de la podología en el deporte, en todos sus sentidos, de forma global, desde:
Todo ello con el objetivo de evitar lesiones y mejorar tu rendimiento deportivo.
El pie es el elemento anatómico que nos relaciona con el suelo, y a menudo hace de intermediario entre las compresiones que recibe desde arriba en sentido descendente (columna, cadera, rodilla), y desde abajo en sentido ascendente (la respuesta del terreno). Cuanto mayor sea la capacidad del pie para adaptarse a la tensión recibida por estas fuerzas de igual dirección pero de sentido contrario, mejor será su rendimiento deportivo. Muy importante pues, tener en cuenta el terreno donde se realizará la práctica deportiva, así como el calzado, material y dureza de la suela.
Se comienza en decúbito supino (acostado) en camilla, realizando exploración dermatológica, articular y muscular del pie. Se valora también la orientación de las rótulas, el grado de rotación de las caderas, y la existencia o no de disimetrías (diferencia de longitud entre las piernas), con el test de Allis.
A continuación, la exploración en bipedestación (de pie), evalúa de nuevo las dismetrías y la alineación de las extremidades. En plataforma de presiones computerizada (sistema Footwork) se observa el tipo de huella y se compara cada pie.
Seguidamente, se realiza un estudio dinámico también computerizado. En la cinta de marcha se evalúa el gesto deportivo (siempre que esté implicada la carrera) con la ayuda de una cámara externa.
Por último, se hace una valoración del calzado deportivo que lleva, observando deformaciones y desgaste.
Es importante pues, llevar el calzado que se utiliza, y venir preparado con pantalón corto para facilitar la exploración.